lunes, 12 de abril de 2010

El principio del fin



Estaba en el autobús de vuelta a la jungla, al huracán de la independencia. Estaba intentando aprenderme algunas frases claves para el examen de filosofía, pero me he dejado llevar por mí instinto racional y he acabado teniendo un diálogo interior conmigo mismo. No estoy loco. Es algo natural en mí revisar a diario toda mí trayectoria vital. Claro que, si solamente fuera eso. No. Siempre acabo haciendo un análisis profundo de la sociedad en la que vivimos y en el mundo en el que nos ha tocado reír, llorar, soñar, pensar. Todo siempre des de mi perspectiva. Intento ser objetivo, pero, desgraciadamente, siempre prima por delante la subjetividad. Y no es que de pronto me haya vuelto loco y haya decidido empezar con esto. No. Siempre había pensado en escribir, pero como siempre lo que escribo es todo para mí, ahora intento proyectar más hacia afuera y dejar de ser el autor y lector de mis propios pensamientos.

Intuyo cierto aire de vacío, de plasticidad y artificio en la gente. No sé por qué. Pregúntenme, por ejemplo, sobre el poder. No diría nada al respecto, pero hay tanto por cambiar, tantas cosas que…dejémoslo. Lo principal es poder vivir, pero yo no soy el pelele de nadie, ni me dejo conducir por el flujo social barato. Siempre he querido romper con los moldes que nos restringen, con la prostitución política, barata y desfasada. Me gusta ser quien pone las cartas sobre la mesa y tomar las decisiones adecuadas. Y os aseguro que si se tratara de dirigir el mundo llovería a gusto de todos. Pero, sinceramente, nunca me ha apasionado la política. Una política desvirgada hasta la saciedad y que ha dado tanto jugo a la superficial, analfabeta y servicial prensa. Servicial en el sentido de esclavitud. Si señores, la prensa no la manejan cuatro lobbies del Greenpeace libertinos, sino las mismas empresas e instituciones privadas, que a su lado la dictadura franquista era un hazmerreír de censura y violencia. Ahora nos manejan igual que antes, la violencia es la misma. Lo que pasa es que ahora es puramente psicológica. Y te prometo que puedes tomarte todos los ibuprofenos que quieras pero tu mal no tendrá nunca cura. Sé feliz con lo que tienes, confórmate y créete todo lo que te dicen. Es más fácil vivir en la ignorancia y morir pensando que has hecho algo bueno para esta humanidad.

Odio que la gente no critique mi trabajo encima de cualquier escenario, dentro de cualquier ámbito público porqué soy demasiado perfeccionista. Soy fácil de querer, de conservar y puedo ser la mejor persona del mundo, te lo aseguro. Pero como te cruces por mí camino e intentes destruir mis sueños e ilusiones poniendo obstáculos puedo llegar a ser la peor persona del mundo. Puedo ser peor que Belén Esteban en un ataque de cólera Andreopatógena. Y lo peor es que intentaré amargarte el resto de tus días. (…). Ojalá fuese así y tuviese dos pares de… para enfrentarme de este modo a las personas, pero soy incapaz. Y la nobleza no se mide con las palabras, sino con los actos. Alguien me dijo una vez que el hecho de ser tan sumamente amable y bueno me llevaría a la ruina. Me dijeron que tenía que aprender a ser más tajante con mis decisiones, que debía decir ‘no’ cuando algo no me gustaba. Lo he intentado, lo prometo. Es totalmente imposible. Es un lujo que nunca me podré permitir. Bajo esta faceta de intelectual soy alguien inexplicable. No me defino por mi forma de actuar, sino por mí forma de ver el mundo, de ver las cosas, la vida. Soy demasiado negativo, pero a veces es bueno. Siendo optimista aprendí que te llevas los baches más grandes de tu vida. Te lo aseguro.

Aquí empieza el quilómetro cero de un largo y apasionado viaje que puede resultarme algo atractivo, pero visto lo visto dejaré que sea el día a día lo que me incite a escribir todo aquello que no puedo expresar en la realidad. No pretendo aburrir, sólo espero que haya algún curioso/a que sienta inquietudes de cómo siento mí vida, de cómo la veo y la explico y que, además, pueda leer entre líneas un doble mensaje.

1 comentario:

  1. Mires donde mires el mundo está lleno de hipocresía, para que ésta no se meta en tu interior y conquiste tu mente es necesario que te conozcas profúndamente a ti mismo. Y no hay mejor manera de conocerse a uno mismo que las conversaciones internas, además de invitar o permitir que otra gente intente conocerte, aunque sea teniendo que leer un mensaje entre líneas.

    Un beso Agus (:

    ResponderEliminar