lunes, 9 de agosto de 2010

Paraules que fan olor a vitamina d'un estiu qualsevol.

I te mir quan elenes s'aire que se trenca enmig de la mar que s'endinsa en els teus ulls. Som dos peixos vermells que se confonen amb el sol. Un sol que mos crema sa pell mentre nedam dins s'aiguo calenta que bull de passió i de sexe. Som dos grans de sal marina que tasta s'aiguo amarga, mentre beus de sa font de sa vida que te dóna plaer i amor. Ses teves sabates penjades de s'arbre més alt que em trobat per fer-nos ombra mentre me dones un beso davant de tothom. I es teus ulls són dos miralls que pinten paisatges marins i platges desertes. Nuus tu i jo. Enmig de sa roca que atravessa sa terra prenem sa lluna i de dia mos imaginam un cel d'estrelles. I veim núvols i panteres, i selves amazòniques que mos obrin portes a nous mons perduts. Perduts entre aquests llençols que emboliquen es teu cos. I un perfum que me nodreix de passions i records. Records que d'enfora pareixen malsons. I roba estessa damunt sa teva pell morena i llisa. Llisa com sa senda de sa nostra vida. I vitamina d'un estiu qualsevol estirats damunt s'arena que mos crema sa pell de s'hivern i mos vesteix d'olors i de festa. I en sa nit te mir mentres dorms damunt es meu pit. Te mir i dic: i fa dies que pens que encara t'estim.

martes, 3 de agosto de 2010

De vez en cuando el amor.


De vez en cuando suelo pensar en ti. Nos abrazábamos al compás del silencio de la noche que nos abrazaba él también. Y en ese abrazo la fusión de un solo sentimiento. Todo en uno. Viviendo del amor del otro. Éramos como dos sombras perdidas que se perdían bajo la mirada de la noche. Nuestros cuerpos se encendían con el fuego de la pasión y, al amanecer, se consumían entre las cenizas del olvido. Un olvido que se sumerge en estos días de anhelo, de soledad. Nos hemos distanciado. A pesar de nuestros sentimientos. Y es que a veces tiramos tanto del lazo que nos une que, la fragilidad de la situación, hace que se rompa. Y en ese momento desearías no existir, no pensar, no sentir, no sufrir, no amar. De repente, todo eso que has vivido pasa por delante de tus ojos a manera de cortometraje en cuyos fotogramas se describe el amor de los días pasados. Se siente el deseo de dos jóvenes ansiosos por conocer quién es quién, cómo es el uno y el otro. Hoy me quedo con las ganas de haber sido quién no fuí cuando tenia que ser yo mismo. Hoy me muero por saber quién eres cuando antes eras quien yo sé que no fuíste. Todos somos parte del jurado que decide sí somos culpable o no. En parte, porque los dos sabemos que no se puede amar dos corazones al mismo tiempo. Y en parte porque los dos hemos amado del mismo modo que hacen los niños cuando se inician en el mundo del amor. Cuando se ensalzan de sentimientos, a veces equivocados y ,otras, acertados. He aprendido a que no podemos amar solo a alguien en concreto. Por nuestra vida pasan tantas personas, que cualquier día una de ellas te cambia la vida. El amor es un abrir y cerrar puertas hasta que encontramos la llave que abre y cierra para siempre la que creemos amar. La que encierra todo lo vivido y deja de lado las experiencias que nos han hecho más fuertes para decir ahora, con sinceridad, con seguridad, sin miedo, sin temblor: te quiero.

Hoy los días pasan mientras sigo sumergido bajos las sábanas que anhelan el perfume de nuestros abrazos marchitos. Hoy me paso los días atrapado entre estas cuatro paredes de la habitación, encerrado en la prisión del alma que quiere liberarse del polvo que va dejando por el camino la tristeza y la melancolía de estos día vacíos sin ti. He perdido la cuenta de los días. He perdido algo que no supe valorar en su momento. Algo que nunca regresará, como los años, como el tiempo que sigue y no puedes volver atrás.